martes, 22 de agosto de 2017

PAGANISMO INDOEUROPEO, la Única Forma Legítima de Religión para TRADICIONALISTAS BLANCOS por Christopher Pisarenko



  En el sitio renegadetribune.com fue publicado en Marzo del año pasado el siguiente artículo del autor Christopher Pisarenko que presentamos aquí en castellano, de quien ya mostramos otro texto hace dos días, donde realiza una especie de contrapunto entre el virus semítico del cristianismo y las raíces religiosas y culturales paganas que aquél no pudo desarraigar, y donde se aprecia que el primero aboga por la mestización universal y el segundo por la protección y preservación de aquello que tiene una personalidad definida.




Como aquellos que poseemos una visión fundamentalmente correcta de la Historia y que tenemos una profunda reverencia por nuestros antepasados, es imposible para los etno-nacionalistas Blancos, tradicionalistas radicales, revolucionarios conservadores, etc. (comoquiera que uno desee llamar a la gente Blanca de mentalidad tradicional en estos días), asumir una actitud indiferente hacia la espiritualidad y la religión. Hacer aquello constituiría una gigantesca evasión de responsabilidad —"ofrecer la otra mejilla", por así decir— mientras nuestra Gente continúa su espiral descendente hacia el abismo judeo-materialista de abyecta decadencia espiritual. La verdad simple es que la religión SÍ importa, y la influencia de la religión es omni-abarcante, de gran alcance (atravesando los milenios), y demasiado a menudo es tramposamente usada como un instrumento de explotación y genocidio.

     Ya sea que a uno le guste admitirlo o no, es un hecho de la Historia que la pureza genética de la raza Blanca permaneció constante durante el curso de innumerables milenios, desde las profundidades más oscuras de nuestra prehistoria hasta el establecimiento de la tiranía papal (es decir, los languidecentes días de la Roma pagana). Reconocer este hecho es reconocer que hay una relación orgánica e integrada que nunca ha dejado de existir entre Raza y Espíritu, y que la pureza de raza de nuestros antepasados dependía absolutamente de una comparable pureza de Espíritu que ellos conservaron mientras retuvieron sus únicas tradiciones espirituales indoeuropeas paganas. Sin embargo, una vez que nuestros antepasados se extraviaron de sus tradiciones nativas —una vez que el hombre ario del Norte adoptó al hombre materialista de los caminos innatamente corrompidos del Sur de cara al cristianismo y otros dogmas foráneos— el hombre ario (es decir, el indoeuropeo) inevitablemente comenzó su trágico descenso hacia el fangoso reino del mestizaje y el sub-humanismo.

     Se pueden dar innumerables ejemplos históricos de los efectos negativos de la adopción por parte de la Humanidad indoeuropea de valores y tradiciones no-indoeuropeos. Uno sólo tendría que recordar el desdichado destino que aconteció a los indo-arios originales que equivocadamente adoptaron los supersticiosos caminos y la abyecta y malvada conducta de los negros dravidianos, y también cómo los romanos antiguos perecieron una vez que ellos rechazaron a sus propios rústicos dioses y comenzaron a profundizar en extraños cultos foráneos y a adorar a su afeminados y a menudo endogámicos Emperadores (una práctica típica entre las poblaciones mestizadas del Este). Desde allí había sólo un paso menor hacia la adopción total del cristianismo, un credo semítico verdaderamente ajeno que pide la aceptación total de una profusión de virtudes no-indoeuropeas, principal entre las cuales, por supuesto, estaba el amor a los propios enemigos (y así naturalmente, el obligatorio amor por el Mayor Enemigo de todos).

     "En verdad os digo" a vosotros que estáis leyendo esto, que el semita era prácticamente desconocido en Europa antes de la llegada del cristianismo. Y de esta manera, desde la época del establecimiento del despotismo oriental en Roma (el Papado) hasta nuestro propio tiempo, la raza Blanca ha sobrevivido sólo A PESAR DE todos los Papas, inquisidores y proselitistas "humanitarios", y ciertamente NO debido a ellos. Del mismo modo, las grandes obras de arte de temática cristiana creadas durante el transcurso de 15 siglos fueron inspiradas NO por el cristianismo en sí sino por el genio innato de grandes hombres que estaban a menudo en desacuerdo con la Iglesia Occidental y su dogma inorgánico. Digo la Iglesia Occidental porque eso incluye tanto a las ramas católicas como Protestantes de la fe cristiana occidental, que ha sido definida (sobre todo desde la Reforma Protestante) por el liberalismo, el jesuitismo, el secularismo y, no lo menor de todo, por un renovado y fanático judeocentrismo.

     La Ortodoxia oriental, por otra parte, debería ser tratada como una tradición religiosa completamente separada porque, para el crédito de la Iglesia del Este, nunca ha sido influída o infiltrada por las enfermedades ya mencionadas. En efecto, la civilización Ortodoxa del Este siempre ha actuado como un fuerte reducto contra todas las formas anti-tradición y de decadencia materialista, sobre todo en los países eslavos. Ésta no es una tendencia pro-Ortodoxa por parte del autor sino un hecho.

     Demás está decir que habrá una facción de así llamados "nacionalistas Blancos" que se quejarán de alguna injusticia debido a que el autor no excluye al grupo Christian Identity [1] de ser una parte de la degenerada Iglesia Occidental. Sin embargo, la verdad debe ser dicha sin contemplaciones. Christian Identity es un subproducto directo del Israelismo Británico [2], que era un movimiento fieramente pro-judío y pro-Antiguo Testamento dentro del protestantismo británico del siglo XIX. Por supuesto el grupo de Christian Identity llorará y gemirá como pequeñas niñas frustradas porque este humilde autor no hace ninguna diferencia entre la particular enfermedad mental de ellos y el más amplio judeo-cristianismo, a los cuales considero como dos variedades de la misma infección.


     Sí, la gentuza de Christian Identity (CI) se quejará e insistirá en todas las presuntas virtudes de su fe, enfatizando que "CI" es de alguna manera a la vez cristiana y "pro-Blancos". Entonces, con un celo aún mayor, ellos comenzarán a recitar de corrido falsas etnologías a fin de vincular de alguna manera el mundo semítico (o, como ellos dicen, "shemítico") con el indoeuropeo. Por ejemplo, ellos repetirán diversos fragmentos de una desconcertantemente falsa Historia, pongamos por caso, que los daneses originalmente vinieron de la tribu de Dan del Antiguo Testamento, que los jutos de Dinamarca originalmente provinieron de Judea, que los sajones descienden de Isaac, etcétera, etcétera. ¡Pseudo-Historia en su peor expresión!.

     Sin embargo, la mayor parte de los paganos sucede realmente estar de acuerdo con un particular versículo de la Biblia que la gentuza de CI y otros cristianos deben ciertamente conocer bien. Y ése es: "Nadie puede servir a dos señores; o bien odiará a uno y amará al otro, o se dedicará a uno y despreciará al otro" (Mateo 6:24). En este caso los "dos amos" resultan ser dos tradiciones espirituales totalmente opuestas: el paganismo indoeuropeo y el cristianismo occidental (de cualquier clase).

     En cuanto a una definición precisa del paganismo, no es nada sino un ímpetu espiritual orgánico, una conciencia folkish común que surge de las compartidas experiencias genéticas, culturales, históricas y ecológicas de un pueblo en su hábitat nativo. Es una Tradición que asigna genética y culturalmente arquetipos específicos a fenómenos naturales. Así, el paganismo sólo puede ser sembrado y echar raíces en un ambiente rural expansivo carente de cualquier clase de corrupción urbana. A la inversa, las espiritualmente vacías religiones del desierto de la tradición Abrahámica se desarrollaron exclusivamente entre la esclavitud urbana y la decadencia cosmopolita de las hacinadas ciudades del Medio Oriente.

     El judaísmo —la absoluta más grande de todas las estafas "religiosas"— fue fundado en las antiguas ciudades prestadoras de dinero de Babilonia y el Levante, y se desarrolló posteriormente (en realidad, fue perfeccionado) en ghettos talmúdicos de Europa del Este y Central. Del mismo modo, el Islam —que plagió el facsímil del judaísmo de la proscripción del cerdo— fue fundado en la ciudad mercantil más grande de Arabia (La Meca) y comenzado por un hombre de negocios comercialmente inteligente (Mahoma).

     En cuanto al cristianismo: ¿Dónde esta particular rama del judaísmo fue incubada y maduró? Respuesta: en Jerusalén, Antioquía, Damasco, Roma, Atenas y Alejandría. En resumen, el cristianismo nació y creció en las más sucias y más decadentes letrinas cosmopolitas del mundo antiguo (tal como sus hermanos semíticos, el judaísmo y el Islam). Es difícilmente una coincidencia el hecho de que a medida que la urbanización se extendía a través de Europa Occidental, así también lo hizo esta nueva religión de muerte y crucifixión, una religión que abiertamente celebraba el triunfo de valores semíticos (p. ej., pacifismo, liberalismo, cosmopolitismo, obtención de ganancias, etc.) sobre todos los aspectos de la vida indoeuropea.

     Así, con cada nuevo camino romano vinieron incontables hordas de propagandistas cristianos. Ellos eran comerciantes y mercaderes de todas las clases. Muchos incluso sirvieron dentro del propio ejército romano como una quinta-columna cada vez más visible que estaba contra todas las cosas "romanas" en el sentido común de la palabra (p. ej., las antiguas Virtudes romanas). Por cada fuente o estatua que fue erigida en las provincias del Norte a fin de exhibir la "pureza" de la civilización romana, ¿cuántos paganos étnicamente puros tuvieron que ser torturados, asesinados y convertidos? En este último caso, eso significaba una lenta muerte de decadencia espiritual, cultural y física a través de las generaciones.

     Y cuando la última de las alguna vez poderosas legiones dejó las provincias, para nunca más volver, el Papa tenía un nuevo indisputado mandato. La cristianización sería acelerada, llevada a cabo por los muchos clérigos y laicos soldados de a pie del alto pontífice. Sin embargo, a diferencia de los antiguos legionarios romanos que poseían la virtud viril, el "ejército" del Papa estaba compuesto por las más bajas de todas las escorias sociales: el clero homosexual, las clases comerciales, la plebe de estratos inferiores, mendigos, ladrones, prostitutas, infrahombres de todas las clases. Realmente, esa religión de "amor" fue sembrada por tales despreciables tipos no virtuosos. Lo que brotó a partir de entonces en la Europa de la Edad Media fue solamente la Muerte espiritual, cultural y física.



     Por todas partes del Viejo Continente, sacerdotes y clérigos degenerados predicaron la "buena nueva" a las masas oprimidas, inculcándoles una ideología corruptiva que debería ser llamada por su propio nombre: Supremacía del Débil, una filosofía que glorifica las presuntas virtudes superiores del débil, el ignorante, el pobre, el insano, el estropeado y el fracasado. No importa el hecho de que, históricamente, los peores elementos criminales hayan provenido de esos grupos. Eso no es de ningún interés en absoluto para los miembros del clero (muchos de los cuales son ellos mismos degenerados). Ellos se deleitan con la reutilización de la sádica y deicida historia de su mesías que fue supuestamente torturado, crucificado y muerto sólo para salvar a los inadaptados y genéticamente empobrecidos de la tierra y, por extensión, para condenar a toda la gente sana, viril, justa, moral e inteligente.

     En resumen, el Mesías de ellos y los esbirros ideológicos de éste fundaron una religión que celebra al débil y condena al fuerte. ¿Tiene algún sentido esa clase de lógica para una mente sana y racional? Por supuesto que no. Eso es porque el cristianismo, a diferencia del paganismo, es fundamentalmente defectuoso: es una filosofía inorgánica, materialista y absurda, una rebelión total contra todas las leyes de la Naturaleza.

     Y por la misma razón de que el cristianismo ES una filosofía inorgánica, que ha sido históricamente utilizada por criminales élites del poder, a todos aquellos que se resistieron a la "buena nueva" se les permitió el derecho a ser torturados antes de ser ejecutados, de los modos más horrorosos concebibles. A menudo las víctimas eran simplemente quemadas en la hoguera. Tanto hombres como mujeres sufrieron ese destino, y muchísimas veces ellos eran paganos impenitentes. Tal era el castigo para aquellos que no se sometieron a la moral de esclavos de pedófilos proselitistas.

     ¿Es alguna sorpresa que la santa arquetípica de las masas católicas fuera la [tradicionalmente considerada como] prostituta María Magdalena?. ¿Es alguna maravilla que el catolicismo —aquella semítica bastardización de la más antigua y más pura Tradición Pagana— siempre haya apelado a los esclavos más viles de nuestra raza, y que los europeos del Norte y del Este hayan sido siempre los más resistentes al despotismo romano oriental (indudablemente en proporción a su obvia carencia de genes orientales)?. Incuestionablemente, dicha resistencia tiene una base genética, una base "nórdico-eslava", si usted prefiere.

     A aquellos que podrían clamar sobre todo el "progreso" hecho por la civilización católica durante los primeros mil años del dominio de la cristiandad, digo que miren la explosión de Luz que surgió hacia el final de ese período que generó así el Gran Renacimiento, primero en Italia del Norte y luego en todas partes del resto de Europa. ¿De dónde exactamente provinieron los estímulos espirituales para ese Rinascimento?. ¿Provino de los vacíos arenales de Judea, o de la rica Tradición del paganismo clásico? La respuesta es obvia. Una cosmovisión materialista y conducida por la muerte tal como el cristianismo nunca podía haber superado, por sí misma, a la Alta Cultura en ningún aspecto.

     Incluso el sistema feudal de la Edad Media y su valiente código de Caballería fueron un producto de la antigua ética (pagana) indoeuropea que soportó el genocidio cultural impuesto por Roma. Y aquí está el mayor punto: la cosmovisión indoeuropea pre-cristiana fue y es definida por todos aquellos principios anti-materialistas que también se aplican a la Naturaleza misma. Por ejemplo: Aristocracia, Jerarquía, Patriarcado, Sobrevivencia del más Apto, etc. A la inversa, los cultos Abrahámicos valoran las antítesis de aquello: ¡Servilismo, Nivelación de las Masas, Degeneración, e incluso el Feminismo son adoptados ahora por la mayoría de las sectas cristianas occidentales!.

     Y entonces una vez más, Christian Identity no es de ningún modo inmune a estos síntomas del inorgánico pensamiento materialista. En primer lugar, debería saberse que Christian Identity (CI) no posee ningún fundamento filosófico sólido. Todo en cuanto a la metafísica gira alrededor de los prejuicios particulares del "pastor" local y su interpretación de la Biblia judía. En segundo lugar, como un vástago del protestantismo predominante (vía el Israelismo Británico), CI es muy seguramente un nieto legítimo del judaísmo. Este solo hecho sirve para unir a las dos religiones aparentemente contrarias.

     A pesar de los vehementes comentarios de la gentuza de CI en contrario, Christian Identity es una vehemente contradicción, con su narrativa histórica completamente falsificada, su ignominioso robo de oscuras genealogías judías, su absurda interpretación literal de la mitología del Antiguo Testamento, y por supuesto la absoluta pseudo-ciencia del "Creacionismo" que domina (o más bien dicho, empequeñece) las mentes de su ilustre "intelectualidad".

     Por el bien del cielo, sólo considere todo el desperdiciado tiempo que la gente de CI gasta, en sus sermones de los domingos, intentando vanamente fundir sus textos judaicos con la Lucha "a favor de los Blancos". Cuando ellos terminen de promover su argumento de que "los judíos descienden de Caín", la "línea de las dos semillas" y otras tonterías tales, ellos dejarán a todos, salvo al más psicótico de su co-religionarios, debidamente confundido y fatigado. Esto es decir que los "pastores" de Christian Identity realmente no poseen ningún proyecto práctico para mejorar la insostenible situación en la cual la raza Blanca ahora se encuentra.

     ¡Esos predicadores no proponen absolutamente ninguna solución tangible fuera de sus tesis centrales mágico-mitológicas y sus actos circenses tipo Elmer Gantry! [3]. Y de esa manera, los rebañiegos congregados siguen a sus "pastores", volviéndose así a interpretaciones literales de oscuras fábulas semíticas como respuestas. ¡Eso es materialismo de libro de texto! De hecho, es algo peor: Christian Identity es Hipocresía en tanto afirma ser pro-arios y anti-materialista siendo que los propios adherentes de CI le rezan a un judío muerto y trabajan en favor de su causa materialista de Muerte y Decadencia.



     Sí, dije "judío muerto". En este punto en el tiempo, cuando la raza Blanca es no más que el 5% de la población total del mundo, difícilmente importa si Jesús era un "ario" (como es afirmado por los adherentes de CI), o si él era un nubio, un esquimal o un chino. La verdad del asunto es que el cristianismo occidental es una persistente enfermedad que ha atrofiado el crecimiento de la civilización indoeuropea Blanca. Es un producto de la mente semítica, un arma ideológica usada para infiltrarse en las mentes de los Gentiles y para destruír la cultura no-judía desde dentro.

     Seguir y apoyar los objetivos del cristianismo occidental es apoyar el actual orden mundial "globalista" liberal-materialista y todas las políticas de dicho orden, que incluyen la destrucción en curso de la raza Blanca y lo que queda de su Alta Cultura. Cuando, por ejemplo, los cristianos occidentales dicen que "todos son iguales a los ojos de Dios", eso debería ser tomado como se supone que debe ser tomado: como un abierto llamado al mestizaje a una escala global. No hay simplemente ningún modo de reconciliar el cristianismo occidental (de cualquier clase) con el etno-nacionalismo y el racialismo.

     Me dirigiré ahora a la gente de CI directamente: ¿Se encuentran ustedes a menudo en la incómoda posición de tener que defender su fe ante congéneres racialistas? De ser así, eso es indudablemente porque ustedes están tratando de apaciguar dos fuerzas eternamente contrarias: una que es semítica y una que es indoeuropea. Mi consejo: Dejen de tratar de servir a dos señores: la Biblia y la raza Blanca. Mientras que la Biblia comunica sus mensajes moralizantes mediante mitología e innumerables casos de irreconciliable contradicción e hipocresía, la rica tradición pagana indoeuropea (ya sea nórdica, eslava, védica, celta, greco-romana, etc.) propone una inequívoca Weltanschauung basada en la dura realidad de las Leyes de la Naturaleza.

     Así, si vuestra lealtad es hacia Abraham, permanezcan como sirvientes en la casa de Abraham con vuestros hermanos espirituales Isaac e Ismael. Si, sin embargo, vuestro deseo es servir a la raza indoeuropea Blanca, entonces dedíquense completamente a la causa de la supervivencia indoeuropea Blanca. Y si ustedes desean llenar el hueco religioso creado por vuestro rechazo de los mitos semíticos, intenten con el paganismo. Familiarícense con los verdaderos caminos religiosos de sus antepasados indoeuropeos. Por último, ustedes encontrarán que la Naturaleza es la única religión del hombre indoeuropeo, y que su credo más sagrado es la preservación de su especie. Los muchos bosques y las cimas de montañas sirven como sus gloriosos lugares de culto.

     En realidad, el paganismo es una celebración de la jerarquía orgánica del cosmos, un tributo vivo a la eterna aristocracia de la Naturaleza. Ciertamente la frase más profunda en toda la prosa de David Eden Lane es el primer Principio de sus 88 Preceptos:

    "Cualquier religión o enseñanza que niegue las Leyes Naturales del Universo es falsa" [4].



     Aunque no sea "políticamente correcto" decirlo, David Lane fundamentalmente tenía razón en sus opiniones acerca de las Leyes de la Naturaleza, al igual que Adolf Hitler, de quien Lane sacó la mayor parte de su inspiración. El siguiente extracto está tomado de Mein Kampf (vol. 1, cap. 11):

    "Cuando el hombre intenta rebelarse contra la lógica de hierro de la Naturaleza, él entra en lucha con los principios a los cuales él mismo debe su existencia como un hombre. Y ese ataque debe conducir a su propia perdición".

     La tradición judeo-cristiana, fiel a su esencia materialista, enseña falsamente que el hombre está separado de (y que incluso está por encima de) la Naturaleza y que es por lo tanto independiente de la jerarquía natural. Éste es un tema principal tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, quizá destacado mejor cuando Jesús maldice a la higuera (en Mateo 21:18-22 y Marcos 11:12-14, 20-25). Esa plagiada combinación de dioses y semidioses más antiguos (como Horus y Dionisio) —ese completo fraude del registro histórico— realmente culpa a la pobre higuera por no producir frutos fuera de temporada.

     Siendo difícilmente la acción de un dios o de un héroe, ésa es la clase de grosero comportamiento que uno esperaría del arquetípico judío de ciudad que está completamente fuera de contacto con la Naturaleza. Tal "instrucción" bíblica representa una inversión de valores antitéticos para la cosmovisión de nuestros antepasados indoeuropeos que no estaban sólo en sintonía con la Naturaleza sino también conscientemente conectados a la jerarquía orgánica tanto en mente como en cuerpo. Si alguna vez abandonamos nuestras raíces indoeuropeas y decidimos en cambio seguir las instrucciones del Carpintero Nazareno, ¡entonces verdaderamente construiremos un buen asilo para locos!.

     Por supuesto, debemos respetar el derecho de una persona a elegir en materia de espiritualidad y religión. Sin embargo, yo el autor, sería insincero si no admitiera que es mi propia convicción personal, debido a innumerables horas de estudio y reflexión, que toda la gente de ascendencia indoeuropea Blanca —sobre todo aquellos que pueden ser clasificados como etno-nacionalistas, tradicionalistas radicales y otros por el estilo— deberían unirse de nuevo con la tradición espiritual pre-cristiana de sus antepasados.

     Realmente, esta tradición pagana nuestra se extiende por incontables milenios, tendiendo un puente sobre todas las formas de Sabiduría indoeuropea antigua. Ella incluye dentro de sí los eternos textos védicos, los nórdicos Eddas, las tradiciones en gran parte orales de la Rodnovery [Fe Nativa] eslava [5], las antiguas costumbres populares de los celtas, la enorme riqueza de conocimientos transmitidos a nosotros desde el mundo greco-romano, así como la sabiduría aria primordial que dio origen al budismo y al zoroastrismo, entre otras tradiciones. Independientemente de las divergentes afinidades nacionales, subculturales y lingüísticas de esas expresiones del paganismo, ellas todavía constituyen una única Tradición religiosa etno-cultural arraigada en el pasado proto-indoeuropeo y metafísicamente unida en sus creencias centrales en las eternas Leyes de la Naturaleza, la Jerarquía Cósmica y el lugar esencial del hombre allí.



     Para concluír, ciertamente es verdadero decir que el paganismo indoeuropeo es eterno, ya que nunca ha muerto. Uno podría decir incluso que nuestra antigua Tradición es necesaria hoy más que nunca antes, a medida que presenciamos nuestras naciones y sociedades Blancas fragmentándose en pedazos cada vez más pequeños debido a una agresiva campaña emprendida por todas las fuerzas oscuras del Materialismo, fuerzas entre las que se incluye el liberalismo, el cosmopolitismo, el consumismo, el multiculturalismo, la globalización, la talasocracia (Atlantismo), la masonería, el jesuitismo, el sionismo, etc. Todos éstos son síntomas de la descomposición materialista que fueron originalmente engendrados por la no-aria mente semítica.

     Desde su apoderamiento de Roma como la religión oficial del Imperio, el cristianismo occidental ha actuado como un Caballo de Troya para que las oscuras fuerzas del Materialismo se infiltren en Occidente. En la época de la Reforma Protestante, la infiltración inicial había comenzado a convertirse en un secuestro completo de la civilización europea. Es por lo tanto absolutamente necesario para nuestra gente retornar a los sabios caminos de nuestros antiguos antepasados si deseamos sobrevivir colectivamente como raza.

     No hay simplemente ninguna discusión del hecho absoluto de que debemos reclamar nuestro lugar en el orden natural del cosmos, y que debemos volver a una espiritualidad basada en el pueblo (Folk), que alimentó nuestras almas durante innumerables milenios hasta el advenimiento de la tiranía papal. Debemos expulsar las serpientes semíticas del Materialismo. Debemos hacer eso, o pereceremos.–

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