viernes, 30 de septiembre de 2016

LA EUROPA DE LAS ETNIAS por Ramon B.




1. GENERALIDADES


1.1. Es preciso recordar que la base del Nacionalsocialismo es la doctrina racista, de forma que debe ser considerado como el principio fundamental. Así, pues, los problemas de la Nación, Estado y Europa deben enfocarse totalmente desde el punto de vista racista.


1.2. El concepto de nacionalidad ha sufrido enormes cambios a través de la Historia. El nacionalismo actual está basado fundamentalmente en las ideas democráticas nacidas de la Revolución Francesa. Esta nacionalidad legalista e igualitaria contiene errores básicos:


a) La nacionalidad se concede por ley sin atenerse a consideraciones de pertenencia o no al pueblo (un negro o un moro pueden ser españoles si tienen el pasaporte).
b) Tendencia al igualitarismo de todas las partes del conjunto “nacional” marcado por fronteras históricas totalmente discutibles, producto de manejos dinásticos, guerras, alianzas o tratados tomados sin pensar en la comunidad popular y sólo en la ambición territorial.
c) Concepción del Estado como centro de la Nación, de forma que el Estado sustituye al pueblo en la formación de la nacionalidad.


1.3. Esta tendencia legalista e igualitarista tiene su sublimación en las ideas superdemocráticas del marxismo: internacionalismo, igualitarismo, patria igual a mundo, etc.


2. NACIONALIDAD


2.1. El Racismo parte del principio anti-igualitario de que la diferenciación, la variedad, es un hecho positivo y natural que debe respetarse.
Precisamente manteniendo esta diferenciación logrando que cada conjunto popular se mantenga dentro de su propia idiosincrasia, es como se puede alcanzar el mayor valor grado de elevación espiritual y de estabilidad nacional.


2.2. Así, pues, como racistas deseamos la identificación entre el concepto de nacionalidad y la pertenencia al pueblo-etnia correspondiente. Por ello en modo alguno nuestro nacionalismo debe entenderse en el sentido “fascista” de nacionalismo estatalizado.

2.3. Sólo pueden ser miembros de una Nación los que pertenecen al pueblo que la conforma. Se entiende por pueblo el conjunto de hombres de común origen étnico, o sea, que tienen unas formas caracterológicas, culturales, lingüísticas, costumbristas, religiosas, etc., más o menos comunes.


2.4. El Nacionalsocialismo proclama su intención de que se conceda a cada pueblo el derecho a confirmar su propia comunidad dentro de la unidad racial de todos los pueblos blancos.


2.5. Así, pues, propugnamos la total identidad de los conceptos “Patria” (como concepto sentimental de la nacionalidad), “Nación” y “Pueblo”.


2.6. Dados los puntos anteriores queda clara la rotunda voluntad antiimperialista del Nacionalsocialismo. Nuestra concepción de Nación es contraria al dominio de varios pueblos por otro, y por tanto contraria al imperialismo, al colonialismo y al internacionalismo.

3. ESTADO


3.1. Hitler afirma en “Mi Lucha”: «Es la raza y no el Estado lo que constituye la condición previa para la existencia de una sociedad».
El Nacionalsocialismo considera el Estado sólo como un instrumento del Pueblo en su afán de autogobernarse y sobrevivir.


3.2. Así, pues, todo pretendido “derecho” propio del Estado que tienda a justificar por “destinos históricos” el sometimiento de otros pueblos a un igualitarismo estatista es totalmente contrario a nuestra ideología europea nacionalsocialista.


4. EUROPA


4.1. Idea Racial


4.1.1. La comunidad de los pueblos blancos se llama Europa. Así, pues, al llamarnos europeos estamos designando la futura organización de los Pueblos blancos.


4.1.2. Ideológicamente hablando toda idea geográfica de Europa, como comunidad de algunos pueblos blancos asentados en una zona geográfica concreta, o toda idea restrictiva respecto a algún pueblo blanco, es contraria al racismo, y por tanto a la misma Europa.


4.1.3. En Rusia y en USA. existen amplias mayorías blancas que, aunque dominadas por el sionismo, forman por tanto parte de Europa. En modo alguno debe confundirse el poder sionista que los ha convertido en opresores con sus poblaciones blancas que un día se integrarán en Europa.

4.1.4. Europa debe ser entendida como una confederación armónica de pueblos autogobernados, y no como una nueva forma de rígida unidad imperial.
Sólo en aquellas cuestiones que conciernan a 1a supervivencia del pueblo blanco en su conjunto debe existir una unidad centralizada. Por ejemplo, en defensa, relaciones exteriores, política demográfica, espacio vital, persecución de la delincuencia, planificación macroeconémica, etc.

4.2. Idea geopolítica

4.2.1. Es evidente que por razones evidentes geopolíticas realistas la confederación europea deba empezar realizándose en aquellos pueblos cercanos geográfica y culturalmente. En este sentido la unidad europea geográfica actual en un paso previo ineludible para una posterior integración de todos los pueblos blancos.

4.2.2. Por las mismas razones geopolíticas debe evitarse una atomización en micro estados políticos de Europa, que debilite su unidad, especialmente mientras las circunstancias de lucha por la supervivencia actual prevalezcan. Por ello la unidad defensiva europea es fundamental.

4.2.3. El Mercado Común Europeo, el COMECON, la OTAN  no son más que la antítesis del Ideal Europeo. Ni la unión de los intereses económicos de la finanza mundialista, ni el imperio colonialista del comunismo podrán ser la base de la unidad europea.

5. CAMINO A SEGUIR

5.1. Aunque los anteriores puntos han tratado de la meta a conseguir y de los principios ideológicos de la concepción europea nacionalsocialista, la actuación política esté mediatizada por la realidad.

5.2. La realidad, punto fundamental y decisorio en el mundo de la política, indica que el camino para llegar a esta Europa de los pueblos es largo y exige pasos intermedios muy ponderados.
La mutación del actual nacionalismo al racismo a corto plazo es impensable.

5.3. La situación de las fronteras históricas por una unión de etnias autónomas pasa por un previo entendimiento entre las patrias actuales, una difuminación del cerrado nacionalismo de fronteras actual, una concepción de la realidad de los pueblos que componen Europa, y todo ello sólo será posible en el ámbito de una revolución total racista en Europa.

5.4. Por tanto, en este camino iniciado respetamos la situación actual de las Patrias históricas, trabajando para que se vayan imponiendo poco a poco los conceptos étnicos, a través de autonomías parciales, concienciación racial, etc., fundamentalmente, y en esta primera etapa, en los aspectos culturales, administrativos y educativos.

5.5. Además, la Historia, como gestora de la realidad, hace que en algunos casos las nacionalidades originarias sean difusas y se hayan creado identificaciones ya permanentes entre nacionalidad histórica y nacionalidad racial en algunas zonas.
En estos casos es tan absurdo negarse a aceptar la lógica de la realidad de las nacionalidades raciales para pueblos que las mantienen como negar las realidades históricas que han tomado fuerza en el pueblo confundiéndose en su propio concepto racial.

6. BANDERAS E IDIOMAS

6.1. El uso de banderas de base racial-étnica de cada pueblo, así como el mantenimiento, uso y difusión de los idiomas populares deben ser apoyados y fomentados por el nacionalsocialismo.

6.2. Ello no implica que de forma confederal se establezcan idiomas básicos para relaciones intereuropeas, o una bandera confederal, política, etc., según lo indiquen las circunstancias.



7. LA EMIGRACION INTEREUROPEA

7.1. El Nacionalsocialismo no se opone a un estrecho contacto e intercambio entre los pueblos blancos, apoyando la total libertad de movimientos entre ellos y aceptando los matrimonios mixtos, si bien no los fomenta.

7.2. Todo ello siempre que no se produzcan de forma masiva, poniendo así en peligro la vida cultural, la idiosincrasia de los pueblos receptor o emisor de emigración.

7.3. Nos oponemos, por tanto, a las emigraciones masivas. Los problemas de falta de recursos de un pueblo blanco deben de ser solucionados por la ayuda incondicional y total de la confederación europea, pero no fomentando la emigración masiva.
En caso de exceso de población o falta de recursos la solución debe venir de una política de espacio vital conjunta.

7.4. Consideramos separatismo precisamente la falta de voluntad de apoyo entre los pueblos europeos. No puede considerarse separatismo los deseos de autogobierno de los pueblos europeos, sino el odio, el rencor o la falta de ayuda entre ellos.

8. ESPACIO VITAL

8.1. La falta de espacio vital de los pueblos blancos es un problema común a la confederación europea. Pero en las circunstancias actuales el problema no es la falta de espacio o recursos, sino la bajisima tasa de natalidad de nuestros pueblos.
Las zonas que actualmente dominan los pueblos blancos podrían aceptar sin problemas graves una población diez veces mayor.

8.2. Actualmente el problema grave es evitar que las masas de color invadan Europa y los territorios blancos, no por las ramas, sino por la invasión demográfica fomentada por el sionismo.
En la lucha por la supervivencia y desarrollo de nuestros pueblos no debemos descartar la necesidad o la posibilidad, desgraciadamente, de un enfrentamiento bélico con pueblos no blancos.


Por ello difundir y alimentar ideas pacifistas e integristas en las circunstancias actuales, cuando el mundo no blanco se esta preparando para invadirnos bajo la presión de su incapacidad para alimentarse, es una flagrante traición a Europa.

8.3. Se deben evitar, por todos los medios, las situaciones parecidas a las de Brasil o USA, donde el caos racial amenaza totalmente la supervivencia de nuestra raza. La presencia masiva de otras raza entre los pueblos blancos debe ser evitada cueste lo que cueste.

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