domingo, 2 de octubre de 2016

NUESTRA PROFESION DE FE

   
                       
Nuestra orden guerrera ha de estar instruida , con un instinto vivo y un fisico duro. Hemos de ser caballeros y damas que por nuestro valor, nuestra dignidad, nuestra integridad y nuestra actitud queremos ganar y conservar la confianza de los demás. Hemos de ser una orden que nos afirmamos en la vida por nuestra constante vocación de compromiso natural al servicio  de nuestra tierra y nuestro legado , que nuestra fe  es sincera, que no podemos  aceptar ninguna injusticia de la vida sin comprometernos,  para imponer la espada   de la sagrada justicia allí donde sea requerida  y manifestarnos  instintivamente con  la franqueza de nuestro ideal en todos nuestros actos  . 
Hemos de ser  una  hermandad de guerreros  formados , que cumpliremos  nuestra misión  por vocación dando lo mejor de nosotros mismos, como fieles devotos de la sacra religión   llamada deber.

Somos caballeros que solo expresamos lo que conocemos de forma rigurosa. Hemos de expresarnos poco, pero de forma concisa, que sabemos que tener un nombre implica un deber. Por que somos unos guerreros cuya ambición  es llevar nombres que signifiquen algo, y no ser detentores de títulos  anónimos.

Somos una hermandad de armas de caballeros y damas que tenemos el coraje de reconocer el valor de los grandes hombres de nuestro pueblo, el trabajo de los demás de forma desinteresada y que somos conscientes de lo que somos capaces. La cualificación y el resultado deben de ser lo primero, y no las condecoraciones o los títulos adquiridos.

Somos una hermandad que por nuestros resultados y una actitud digna, no necesitamos consumirnos en una ambición ni mucho menos envidiar  a los demás por cualquier motivo.
Por nuestra simplicidad personal podemos adaptarnos a todas las situaciones, por que somos una hermandad que consideramos el dinero al servicio de la comunidad y que la misma esta determinada a apartar a los advenedizos.

Somos fieles a la fe que el  linaje determina la pertenencia a la orden. La estirpe y la sangre son nuestra conciencia de estirpe, nuestro titulo de nobleza.
Somos una sagrada hermandad que consideran al  todopoderoso como la autoridad  suprema, queriendo ser un modelo de fidelidad, de obediencia, de acción, de actitud digna y de compromiso personal con nuestra deidad  y el ideal, que servimos con devoción a la creación del imperio Indoeuropeo como caballeros de nuestra sagrada orden.

Hemos de ser una hermandad formada científicamente en el marco de una comunidad de clanes de hombres,  de mujeres y niños, biológica y espiritualmente sanos, los ancestros de las generaciones venideras.
Como   guerreros  deseamos ser un ejemplo en el terreno de la fidelidad, de la disciplina, hemos de pensar constantemente que nuestra concepción  del mundo , exige al hombre y a la mujer total, unidos a nuestro pueblo y no podemos tolerar concepciones o ideas que vayan contra nuestra voluntad de combatir por el porvenir de nuestra estirpe y nuestro imperio . 

Por lo tanto seremos por siempre conscientes de tener una constante, el combatir por nuestra cosmovisión del mundo, poniendo como objetivo realizar la obra de nuestro todopoderoso
Nuestra orden tiene firme creencia que todo ser vivo actúa por leyes naturales. En nosotros se manifiesta lo divino por medio de esas eternas leyes , nosotros hemos de profesar una vida en armonía y consonancia con las mismas.
Es una de nuestras preeminencias de que la vida es un eterno y continuo batallar, que la lucha forma parte de nuestra existencia, es necesario para todo devenir, para el ser o perecer. Cada uno de nosotros  estamos en ese circulo. Nos reconocemos seguidores de esa vida de lucha constante y eterna.

Las especies humanas son distintas en forma y en esencia. Esa diferencia es una significativa adaptación a los distintos espacios naturales. Reconocemos en la conservación de nuestra estirpe   y diferencia la mas alta meta de la vida , pues esta es una manifestación del orden divino.

Cuerpo y alma constituyen una unidad. Le damos el mismo valor y aprecio a ambos.Nuestra existencia se la agradecemos a nuestros ancestros y a nuestros padres. Somos partidarios de la veneración hacia los mismos y queremos transmitir su recuerdo a las generaciones venideras.
El sol sustenta toda vida en la tierra. Cielo y suelo , animales , plantas, montañas y arboles, aire y agua, son nuestra patria. Formamos parte de la naturaleza y no podemos desligarnos  impunemente de ella. Seguimos la veneración al sol y a la naturaleza de nuestros antepasados y no vemos el medio ambiente como algo sometido al mero uso humano.

Costumbres y usos son parte integrante de cada comunidad religiosa. Nosotros profesamos devota fidelidad hacia la herencia cultural Indoeuropea y su posterior desarrollo.
Nuestra voluntad debe de estar determinada por medio de la mente. 
Nuestra mentalidad estará conformada  por la herencia del talento, el medio ambiente, el carácter y la educación. Reconocemos el valor de un hombre por medio de su conducta, trabajo y comportamiento.
Culpable puede serlo cualquiera, condicionados por el destino. Declaramos que la culpa puede expiarse `por medio de los hechos, el deseo y la aspiración hacia el bien.
Señalamos el dolor y el sufrimiento como hechos naturales, por ello debemos educar nuestras fuerzas defensoras del cuerpo y el espíritu contra esos hechos inevitables. Proporcionan una grave conmoción pero también son la base del restablecimiento. 
Reconocemos el sufrimiento y el dolor como fuerzas naturales y no las vemos como castigos de ningún poder ultraterreno.
Sin la muerte del individuo las especies no estarían dispuestas a la vida y al desarrollo. No reconocemos a la muerte individual ningún castigo o liberación de un terrenal “valle de lagrimas”, si no una condición natural para la futura prosperidad de nuestra especie.
Por que un hombre es inmortal en su descendencia y sus allegados, los cuales difunden su herencia. Solo estos pueden personificar el talento conservado por los ancestros. Creemos que la transmisión más pura de nuestro legado natural y cultural constituye el mas alto sentido de nuestra existencia.


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