Mis apreciados camaradas, hoy estamos aquí reunidos para hacer culto y devoción a nuestro avatara, para celebrar el 128 aniversario, de nuestro Fuhrer Adolf Hitler. Hoy como es de suponer en resto del mundo ario, también conmemoran este día, como grupos de hombres y mujeres, jóvenes y niños arios, de toda condición social y unidos bajo la fe Nacionalsocialista, se agrupan bajo los sagrados símbolos ancestrales para recordar a ese ser superior, a que le debemos la luz que nos guía en nuestras existencias, en nuestro sentir, pensar y proceder.
Adolf Hitler, con ya el simple hecho de invocar su nombre, ya causa respeto y admiración para algunos, tedio, temor y odio para otros. Su figura humana y supra humana aun incita esa atracción tanto para los fieles que es nuestro caso, y ese miedo por sus y nuestros detractores y enemigos. No hubo un hombre tan amado y odiado en la historia universal como a Adolf Hitler. Pero tenéis que dar cuenta, mis camaradas que en comparación con otros hombres históricos de su tiempo, que ninguna generación rinde homenaje a los mismos, este es el caso de aquellos que fueron sus enemigos más acérrimos, Roosevelt, Churchill, y Stalin y resto de la fauna sionista.
Adolf Hitler, fue un líder, caudillo, artista, estadista, como a sí mismo, modelo a del ejemplo a seguir de entrega, entereza e integridad que nos marcó, nos guio el camino a seguir del combate, del afán, del deber y la fidelidad. Que nos legó, todo un compendio de sentimientos y valores, guerreros, de justicia, de belleza arios enmarcados dentro de una cosmovisión del mundo, el nacionalsocialismo.
Nacionalsocialismo que no es meramente un ideal político, si no, que transciende en lo más profundo y anímico del ser ario. Haciendo patente el lazo, de sagrada comunión con el legado de nuestros ancestros, de continuar la obra hoy por nosotros y en el futuro por las siguientes generaciones por venir, enmarcado en nuestra identidad racial y popular, y todo lo que deriva de la misma, historia, arte, tradiciones , cultura y ciencias propias de nuestra estirpe aria .
Adolf Hitler, de el se ha escrito y hablado mucho, pero más mal que para bien, se ha difamado su memoria mediante esa falaz propaganda, por ese lavado de cerebro inoculado a las sociedades de modo exhaustivo. Pero la sabiduría del destino histórico dará la mayor derrota a esa falacia contra la memoria, obra y figura de nuestro Fuhrer.
Todo los de aquí presentes, como aquellos camaradas NS, sabemos y saben, cual diferente, y es diferencia abismal, de lo que fue, lo que representa y será en la posteridad. No voy aquí a enumerar, todo lo que fue su vida y obra, por que damos por sentado de que su acción en su tiempo habla por si sola.
Adolf Hitler, solamente a invocar su nombre ya despierta en nosotros la emoción del despertar de la sangre, solamente fue él y será el que nos legó una obra, una nueva como antigua fe, el culto a la estirpe racial aria y de todo lo que en ello deriva, nuestra historia, nuestro arte, nuestra tradiciones y por ende nuestra cultura, todo ello encarnado en el Nacionalsocialismo.
En él, va más allá de lo meramente tangible, mas allá de una ideología, mas allá de la política, el comienzo de una nueva fe y una nueva era, la del hombre-dios, el hombre nuevo.
El que con su genio encarno la deidad germánica, nos determinó la misión ancestral de nuestra raza y nuestra tierra, el que despertó el fuego del dios que llevamos dentro. Que nos marcó la ruta del combate, del deber, del sacrificio y de la conquista.
Adolf Hitler, fuhrer y avatara, nos otorgó a nuestra existencias la rima y la partitura del sentido y significado de nuestras existencias, que fue azote de los enemigos de nuestra raza y nuestra tierra, el como nadie desenmascaro a los traidores y parásitos de nuestro pueblo y supo cómo combatirlos.
Adolf Hitler , nuestro guía y nuestro ejemplo, a ti nuestra mas sincera lealtad y devoción.
Adolf Hitler, es la encarnación de las leyendas germánicas, como la del emperador dormido en la montaña, que volverá para reinstaurar la justicia, el honor y la verdad en tiempos de mayor perfidia y depravación. Volverá para poder reconquistar y crear el nuevo imperio racial y Nacionalsocialista, el nuevo despertar, en el nuevo amanecer. Para reencontrar la edad dorada de nuestra estirpe.
Solamente a lo largo de la historia se escucha y se repite dos nombres, Hitler y cristo. Pero la revolución NS parte de la base espiritual y física real, la que marca las eternas leyes cósmicas y de la naturaleza, la esencia racial que es el principio del verbo del combate por nuestro pueblo. Y esa revolución que es eterna y que jamás terminara, es determinada por nuestra fe NS, la cual es el legado y misión que nos infundió en lo más profundo de nuestro ser, nuestro Fuhrer y avatara, Adolf Hitler.
Por el hacia él, nuestra eterna fidelidad, admiración y respeto y en homenaje hacia el gritemos tres veces nuestro grito de guerra
No, no por que el mayor homenaje que podemos rendirle, es hablar de lo que se puede hacer, lo que se puede realizar en la cruda realidad de nuestros tiempos.
Como nuestro Fuhrer, y resto de otros camaradas, el combatió contra el signo de sus tiempos, hoy nos llegó el turno a nosotros. Debemos de coger la esencia de su legado, para poder actuar en consecuencia en estos tiempos de incertidumbre, de desesperación. Donde un orden sionista a abocado a esta humanidad demasiada humana, a ese abismo de ignominia brutal, donde la ignorancia, hipocresía y el hedonismo son los estigmas de nuestra generación, de este submundo que va hacia su total involución.
En estos tiempos de crisis, pero crisis en todas sus expresiones, de identidad, de moral ,de ética, donde se ha relajado y rebajado las masas actuales, donde los hombres y mujeres de valor hemos de permanecer en pie en este mundo en ruinas.
Donde surge el imperativo de emprender un combate contra el sistema y orden sionista de ocupación, de iniciar también la labor de restablecer el equilibrio, el orden interno en el interior de nuestro movimiento, por ello hemos de vislumbrar ese nuevo horizonte, de retomar un nuevo rumbo, por el despertar de nuestra nación Europa.
Pero el tiempo de las palabras y las medias tintas pasaron, donde es momento de desechar aquello que no es válido, de lo que es dañino y nocivo para nuestra acción, y nuestra revolución.
Debemos de fundamentar, nuevas bases, de determinar cual es la misión y ejecutarla con el criterio ceñido a las realidades y su disponibilidad en todos los sentidos.
Es de señalar que nuestra lucha por la liberación y el despertar de nuestra patria Europa se puede se puede plasmar y representar de diversas formas y modos, y en todos ellos debemos de estar preparados. Pero en el devenir, donde la fe política ya de por si es inocua y viendo la reacción-acción de la realidad que nos rodea, no nos ha de sorprender que si llega el momento de tomar las armas, lo haremos, pero estaremos en alerta y preparados, hasta que eso ocurra.
Ahora nos ceñiremos en instruirnos, en cuerpo, mente y alma, para estar a la altura de las circunstancias en los diferentes frentes de batalla. Muchos serán los retos alcanzar, los obstáculos que librar, pero la lealtad incondicional e inalienable, debemos de adoptar con frialdad los desafíos que de aquí en adelante nos van hacer frente, de emplear la vital resolución en nuestras acciones y pensamientos dedicados en este combate. De estudiar estrategias y tácticas reales, sin hacer castillos en los cielos, ni tampoco de renegar o traicionar los valores por los cuales estamos luchando y defendiendo. Debemos de trabajar por la unidad de todos aquellos que se nos quieran unir, siempre que estén y sean fieles a los preceptos de nuestro ideal y que sean entregados en
Nuestra lucha y nuestra labor. Estos son unos de muchos parámetros a tener en cuenta y tomar nota de ellos.
Mis camaradas, la guerra no termino en el año 1945, sigue vigente al día de hoy y tiende a continuar en lo sucesivo, con nuestros enemigos acechando, mediante su propaganda, poder, violencia y represión. Ahora no somos simples ciudadanos borregos bípedos bien pensantes, somos guerreros portadores de una fe ancestral, el amor a nuestra tierra y a nuestra estirpe. Por lo tanto, debemos de pensar, sentir y proceder como soldados Ns, de hacer nuestra la sentencia, si vis pacen parabellum, si queremos la paz preparémonos para la guerra.
Mis camaradas en recuerdo y homenaje a nuestro Fuhrer Adolf Hitler,
¡JUVENTUDES DE EUROPA EN PIE DE GUERRA! HEIL HITLER
GARCÍA DE TOLETUM
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